Fundación en Primera Persona, nace el año 2020 en un escenario incierto producto de la pandemia por Covid-19 que afecta al mundo entero, para apoyar y ayudar a personas con discapacidad permanentes, transitorias o en riesgo de adquirirlas con un equipo transdisciplinario que se enfoca en desarrollar estrategias, que permitan a dichas personas, vivir en igualdad de condiciones y con mejor calidad de vida tanto para ellas como para sus familias.
Fundación en Primera Persona, trabaja desde la mirada del Modelo Social, donde las personas con discapacidad, son valoradas y consideradas un aporte para la sociedad independiente de cuál sea su condición. Comparte la idea de que las barreras están dadas por el ambiente, limitantes y segregadoras de derechos.
El Espectro Autista en mujeres ha sido considerado como una minoría entre las minorías por muchos años, hoy nos damos cuenta que la demanda de atención es cada vez mayor, que el sesgo de género impacta de manera destructiva a mujeres, limitando el acceso a tener una vida plena, al desarrollo personal, a cargar con el estigma de lo extraño, invisibilizando las competencias y virtudes que cada quien tiene y que la distingue del resto.
Dada la situación de confinamiento por la pandemia, nuestra planificación inicial tuvo que sufrir modificaciones importantes para el abordaje terapéutico, restringiendo el público objetivo a adolescencia y adultez en el espectro autista, principalmente en el género femenino, dada la factibilidad de abordaje a través de pantallas.